Image Image Image Image Image
Scroll to Top

Para o Topo.

Arquivos Red de Universidades - IberCultura Viva

27

Sep
2023

Em Noticias

Por IberCultura

GT de Sistematización se reúne para discutir el proyecto de creación de una Red de Universidades

Em 27, Sep 2023 | Em Noticias | Por IberCultura

 

El viernes 22 de septiembre, el Grupo de Trabajo sobre Sistematización y Difusión de Prácticas y Metodologías de las Políticas Culturales de Base Comunitaria (GT de Sistematización) se reunió por videoconferencia para discutir algunos temas pendientes, además de la propuesta de creación de la Red de Universidades de IberCultura Viva, presentada por integrantes del GT dos semanas antes. Doce personas participaron en el encuentro.

Marcelo Vitarelli (Argentina), quien presentó el proyecto de base de la Red de Universidades junto a Elena Román (México), Paola de la Vega (Ecuador), Rocío Orozco (México), Daniel Zas (Argentina) y Francisca Jara Pájara (Chile), abrió la reunión mencionando algunos logros del GT, como la realización de los cuatro seminarios en 2022 y la reciente edición del libro digital Desafíos, debates y experiencias sobre las culturas comunitarias en Iberoamérica (“una carta de presentación importante para nuestros espacios y que ya está circulando por las universidades y grupos comunitarios”). También recordó que entre los principales objetivos del GT está el de fomentar la construcción de una Red de Universidades vinculadas al programa IberCultura Viva.

“Somos un grupo de colegas que seguimos curiosos, activos y preocupados con la cultura comunitaria. Cada uno de nosotros tenemos un rol distinto en la universidad, algunos con más representación institucional, otros menos, pero lo importante es que estamos trabajando con apertura al tema, y nos pusimos a trabajar en temas operativos: cuáles son nuestras ideas, lo que hemos venido haciendo, cómo nos vemos dentro de las universidades… porque (la idea) no es crear una superestructura, algo utópico, sino algo concreto que también nos sirva como una herramienta más posible y posibilitadora”, comentó Vitarelli.

El proyecto presentado busca contribuir a desarrollar la formación, la investigación, la gestión y el acompañamiento a diversos sectores implicados en el abordaje de las culturas comunitarias en los territorios en que se despliega. Además, tiene el propósito de afianzar lazos de cooperación entre las universidades de América Latina, los actores sociales de los territorios y los gobiernos locales, construyendo temarios comunes situados a partir de un compromiso social, ético y político en torno a las culturas comunitarias, su gestión y las políticas culturales que las acompañan.

El documento que el grupo entregó a la Unidad Técnica cuenta con una fundamentación, los objetivos de red, los campos de actividades y una presentación de algunas de las universidades que participaron de la construcción de la propuesta, para mostrar lo que están haciendo, “para mostrar que en definitiva hay movimiento en cultura comunitaria al interior de las universidades de América Latina”. “Somos profesores universitarios que trabajamos con organizaciones de base, sea por investigación, por extensión, por la gestión. Vamos y venimos y conocemos de eso concretamente”, destacó Vitarelli.

La posibilidad de que esta iniciativa proporcione intercambios entre los y las estudiantes de diversos territorios latinoamericanos fue señalada por Rocío Orozco, que integra el colectivo mexicano CulturAula y participa del GT de Sistematización por estar involucrada en un proyecto de vinculación comunitaria de la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO), enfocada por un lado en la formación y por otro al trabajo de base en el barrio de Mexicaltzingo. Para Orozco, que también participa de la Escuela de Artes de la Secretaría de Cultura de Jalisco, esta red podría apoyar inclusive las actividades del 6º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, que se llevará a cabo en 2024 en México.

Elena Román, investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), resaltó el interés del grupo en formalizar esta propuesta de red, y ver cómo pueden hacer para que más integrantes puedan sumarse, para que eso se fortalezca y sea un organismo autónomo en muchos sentidos. ”Quienes estamos en esta configuración de red también le estamos apostando a que sea un trabajo de y por las personas quienes estamos constituyendo esta red. No queremos adentrarnos en ninguno de los recovecos institucionales de nuestras universidades; la red tiene que ser muy fluida porque lo que nos interesa es trabajar. Y sí, queremos que haya una formalización por parte del programa en tanto que fue una apuesta del programa, y también para que nosotros podamos sostener nuestro trabajo al interior de nuestras instituciones”.

Ricardo Klein, profesor investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Valencia (España), felicitó a los compañeros y compañeras por este esfuerzo y llamó la atención para que se tenga en cuenta el trabajo conjunto en el ámbito iberoamericano, aunque los primeros integrantes de esta propuesta sean de universidades de América Latina. También opinó que sería bueno darle un poco más de madurez a todo este proceso con las comunidades, hablando con los colectivos, para una retroalimentación. Enseguida, Elena Román explicó que el documento fue construído justo para que esto se formalizara y que luego se trabajará en equipo. “Una vez que lo formalicemos, ya nos podemos sentar a hacer ese trabajo minucioso, real y concreto, porque sabemos que ya hay un soporte”, afirmó.

La importancia de pensar en este ida y vuelta con las comunidades también fue defendida por Marcelo Vitarelli, quien participa del GT de Sistematización por su trabajo en la Universidad Nacional de San Luís, pero también es uno de los miembros fundadores de la Red de Universidades de Argentina por la Cultura Comunitaria. En los últimos cinco años, la Universidad Nacional de San Luis ha trabajado en conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Nacional del Litoral en lo que respecta a las dimensiones de la formación, de la investigación y de los enlaces en el campo problemático de las culturas comunitarias del país. Actualmente, esta red está conformada por 14 universidades públicas de Argentina. “La conforman las universidades y los colectivos de base que están dentro o trabajando con las universidades”, destacó Vitarelli, resaltando también el interés de algunas de estas instituciones en trabajar colaborativamente con IberCultura Viva. 

Diego Benhabib, representante de Argentina en el programa IberCultura Viva, felicitó a todos y todas por el trabajo que vienen haciendo y dijo que la propuesta de articulación de la Red de Universidades refleja uno de los objetivos centrales del GT de Sistematización. También explicó que, así como se hizo con el Grupo de Trabajo de Gobiernos Locales, que nació en 2017 y en 2019 se formalizó como la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales, el proceso para formalizar la Red de Universidades va a requerir que haya una firma y una carta de adhesión, para establecer un compromiso de participación institucional por parte de las universidades o centros académicos. 

“Podemos trabajar este documento colectivamente, para que se adapte a las distintas realidades que tenemos en Iberoamérica. (…) Por supuesto que nuestro espíritu y nuestro trabajo es abierto, pero la idea es que la universidad o el espacio académico que quiera participar de esta red tiene que comprometerse con algunas cuestiones, y por otro lado, definir quién es la persona o cuál es el área que estará a cargo de la gestión operativa de estos acuerdos”, detalló.

Una vez construído el instrumento para esta formalización, el tema será discutido en el ámbito del Consejo intergubernamental de IberCultura Viva, que es el órgano decisor sobre las distintas iniciativas impulsadas desde el programa. La intención es poder incluir la propuesta de la red en el Plan Estratégico Trienal 2024-2026 que será elaborado en los próximos meses, además de reflejar su conformación en el Plan Operativo Anual 2024, para que esta instancia pueda contar con recursos en el presupuesto del programa.

Manuel Trujillo, enlace técnico de la presidencia de IberCultura Viva, reforzó la importancia de una revisión conjunta del proyecto, sus objetivos y necesidades, con la intención de que en el próximo año pueda abrirse a más participantes, para que más instituciones puedan integrarse y se pueda trabajar directamente con las organizaciones. En este sentido, un plan de trabajo deberá ser elaborado para que se aseguren los presupuestos y el apoyo institucional de los 12 países miembros del Consejo Intergubernamental. 

Para Elena Román, ahora lo más importante es tener, por parte del programa, el acta de adhesión. “Porque nuestro planteamiento está muy claro: ‘sí, queremos trabajar, sea como sea’, pero hay quienes están en instituciones públicas, hay quienes no. Hay quienes estamos como profesores investigadores de tiempo completo, lo que nos permite tener un tipo de negociación diferente, y hay quienes tienen una estructura muy jerárquica en sus universidades”, agregó la investigadora de la UACM, destacando que sería bueno tener alguna flexibilidad en los parámetros generales para la adhesión a la red. “Una vez teniendo eso, ya podemos saber quiénes van a estar, cómo van a estar, si nuestras universidades van a querer entrar y lo van a formalizar”.

La amplitud de posibilidades para adherir a la red fue citada por otros participantes de la reunión, en diferentes contextos. Marcelo Vitarelli, por ejemplo, responde como coordinador rectoral institucional de la Universidad Nacional de San Luis para IberCultura Viva. Otros compañeros y compañeras del GT, sin embargo, no tienen concretamente esta representación institucional. Por ello, el grupo defiende que la carta de adhesión pudiera permitir que participen en tanto que universidad, pero desde distintos lugares, porque las instituciones tienen lógicas identitarias distintas. “Nosotros tenemos en nuestra representatividad el nombre de una institución, pero no todos respondemos a políticas institucionales desde el mismo lugar”, dijo Vitarelli, ofreciendo ayuda en la revisión de esta carta, para que quede redactada de la mejor manera posible.

Asimismo, Daniel Zas mencionó el caso de la Escuela Popular de Música (Argentina), que en conjunto con la Universidad de La Plata diseñó y ejecutó la Tecnicatura en Música Popular. Al hablar de las dificultades que han tenido proyectos de extensión para recibir recursos, él preguntó cómo sería en el caso de la red, cómo podrían adherir desde cada cátedra o haciendo un conjunto de cátedras, pensando en otras posibilidades que no sea el camino directo de la universidad para poder institucionalizar la red. Un poco antes, Zas había expresado las dificultades por la que están pasando las organizaciones comunitarias, y preguntó sobre la posibilidad de que algún presupuesto pudiera circular para el apoyo de actividades desarrolladas en los territorios. 

Bárbara Vega, que entró en el GT por su trabajo en el Instituto Tecnológico de Sonora (México), también comentó que no está adscrita a la universidad por tiempo completo; trabaja por horas y por grupos especiales, pero sí, le interesa participar en la red. “Se lo había comentado esta semana a la coordinadora del área donde trabajo. Entiendo como la parte de la universidad se tiene que involucrar, pero no sé exactamente qué es lo que necesitan ellos hacer o qué es lo que necesitaría yo pedirles, porque al final el trabajo recaería sobre las personas que forman parte, no?”, expresó. 

Rocío Orozco citó su caso, en el que la Secretaría de Cultura de Jalisco tiene su propia licenciatura, y también manifestó su preocupación con la adhesión de universidades muy grandes, con muchos departamentos. “Si no tienen mucha claridad de los beneficios que van a obtener, no participan. Los beneficios dentro de las universidades deben de ser muy claros y muy concisos en esa construcción”, recomendó. Además, ella quiso saber qué pasa con el presupuesto del GT que no se ejecutó este año, y si sería posible usarlo en algunas de las acciones que ellos habían planteado comenzar, como la edición de una página web.

Diego Benhabib les explicó un poco más sobre los temas de la institucionalidad, de la participación del presupuesto, y del grado de formalidad que existe y que requiere la firma de autoridades. “En este caso, vamos a pedir una ayuda para recabar la estructura institucional existente en este grupo de trabajo, para saber qué tipo de institucionalidad tienen y quiénes podrían firmar ese instrumento con esa adhesión a la red. El rector o la rectora de la universidad, quizás algún decano o decana de determinada facultad pueda firmar el acta de adhesión y comprometerse a participar de la red. Me dirán ustedes que tipo de institucionalidad hoy tenemos disponible para pensar un acta de adhesión viable”, afirmó. 

Sobre el presupuesto que planteaban Daniel Zas y Rocío Orozco, Benhabib aclaró que los recursos están destinados al GT de Sistematización y a la producción que haga el grupo de trabajo. También afirmó que desde el programa no se suele hacer transferencias del fondo a una universidad o a las instituciones respectivas. “Nosotros trabajamos por proyectos”, resaltó. Es decir, las personas integrantes de la Red de Universidades deberán presentar un proyecto o varios proyectos que discutirán en el plenario o en las asambleas que tengan esa red (que tendrá autonomía, pero con el acompañamiento de la Secretaría Técnica de IberCultura Viva) y luego dirán que esta es la propuesta consensuada para trabajar durante este año, para la cual se requerirá el presupuesto.

“No sería específicamente un proyecto de IberCultura Viva, porque básicamente es de ustedes. El trabajo que nos queda hacer es pensar y empezar a diseñar este instrumento de adhesión, una estructuración y reglamento de lo que implica una Red de Universidades o de espacios de formación y conocimiento”, resumió el representante del gobierno argentino, que también sugirió al grupo que intente sintetizar las estructuras diversas de participación institucional posibles, con su correspondiente autoridad y firma institucional. 

Benhabib mencionó, además, la posibilidad de seguir sosteniendo el Grupo de Trabajo de Sistematización, mismo con la formalización de la Red de Universidades. Una vez que la red estaría ligada a un ámbito institucional, el GT actuaría en un ámbito más “personal” o profesional, inclusive para atender a las personas interesadas que no logran tener su correlato institucional, en el sentido de que la institución a la que pertenecen no esté interesada realmente en el fortalecimiento de la cultura comunitaria, por desinterés o desconocimiento, o por una estructura burocrática demasiado compleja. 

Al final de la reunión, él dijo que llevará el tema para la próxima reunión del Consejo Ejecutivo de IberCultura Viva, programada para el 3 de octubre, y que en los días siguientes el programa trabajaría en la construcción de los instrumentos de adhesión y discutiría con el grupo las diversas estructuras de participación que podrían generarse. Se estableció un plazo de 15 días para que ambas partes tengan bosquejado sus documentos y puedan avanzar sobre la formalización de la Red de Universidades.

Tags | ,