Experiencias

Itziar Rubio y Ventana a la Diversidad: conectando culturas, armando redes

Ella se define como un “bicho raro”. Dice eso entre risas, porque tiene una parte de artista callejera y otra más cercana a la academia. Y porque hace diez años que hace su vida del otro lado de la orilla de su tierra natal, el País Vasco (España), conociendo la realidad de países latinoamericanos como Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay e incorporando aprendizajes de cada lugar por donde pasa. “Soy una mezcla de muchas cosas. Soy de muchos lugares”, afirma la percusionista y agente de la cooperación internacional Itziar Rubio Barrera.

“Itzi”, como es conocida, es cofundadora y coordinadora operativa de la ONG Ventana a la Diversidad, una red colaborativa que conecta a jóvenes de diversas raíces culturales a través del arte, la creatividad y las nuevas tecnologías. Ha dedicado su vida profesional a la gestión cultural, sobretodo con el enfoque comunitario, y al mundo de la cooperación internacional, orientada a la cultura para el desarrollo social.

“Me interesa mucho conectar culturas, he enfocado mi trabajo en educación y cultura en Latinoamérica sobretodo a jóvenes, a poblaciones indígenas y afrodescendientes”, cuenta. “Y siempre tengo una pata en dos sitios. Me interesa muchísimo lo que pasa en la política, en distintos niveles de los gobiernos, y a la vez estoy en la calle, con las organizaciones de base. Eso me ayuda a entender los ecosistemas de una manera más holística y me ayuda a estar en espacios donde no todos piensan como yo, lo que me enriquece también”, añade.

La cooperante

Hace 12 años Itziar vivió su primera experiencia como cooperante en Latinoamérica. Primero estuvo en Brasil, como voluntaria en un proyecto en el que trabajaba con niños en Vila Ipiranga, una favela de Niterói (Río de Janeiro), dando clases de percusión en una escuela de música, al tiempo que era responsable de un proyecto internacional de apadrinamiento de niños para sus estudios. “Ahí reafirmé mi vocación, vi que tenía que seguir en este camino de la comunidad, del arte, de la inclusión, de la creatividad y de la magia”, señala.

Los estudios en cooperación internacional y desarrollo social en la Universidad del País Vasco le vinieron muy bien, y trabajando en este campo recibió una pasantía de la Unesco Mercosur. Pasó varios años en Montevideo, en la Oficina Mercosur para Uruguay, Chile y Argentina. De ahí pasó a trabajar para AECID, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Primero en Argentina, después en el Perú. En paralelo, Itzi ha diseñado e implementado consultorías técnicas para diversos organismos internacionales.

Con el circo

En Perú trabajó los últimos tres años como coordinadora regional del programa Cuerda Firme, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El proyecto se realizó entre 2014 y 2017 con el trabajo colaborativo de tres organizaciones culturales “hermanas”: la peruana La Tarumba (encargada de la coordinación regional), la argentina Circo del Sur y la chilena Circo del Mundo. Su objetivo era crear en la región un modelo sostenible de empleabilidad e inserción laboral juvenil a través del circo social. (El modelo regional para la empleabilidad ya se encuentra disponible para descarga gratuita en la página web www.cuerdafirme.com.) 

“El circo estimula el desarrollo de la creatividad, la disciplina y la responsabilidad, además del trabajo en equipo y la capacidad para asumir riesgos. Un riesgo controlado, como en la vida”, comenta la coordinadora, admiradora del trabajo de La Tarumba desde hace muchos años, especialmente por sus líneas de acción transversales (la pedagógica y la artística) y herramientas metodológicas (el juego, la creatividad y el afecto).

De los 1,500 jóvenes de la región que participaron de la capacitación a través de las artes circenses, el 52% fue incorporado al mercado laboral al final de los tres años de Cuerda Firme,  y el 93% mejoró sus habilidades socioemocionales (o “habilidades blandas’). Además, el 60% de los emprendimientos generados a través del programa siguen activos. «El grado de satisfacción de los jóvenes es muy alta», afirma Itzi, resaltando también la presencia de Cuerda Firme en 18 países de Europa, Latinoamérica y Oceanía. 

Los intercambios

Itziar llegó a La Tarumba por recomendación del Ministerio de Cultura del Perú y de la AECID, pero también ha tenido vínculos de trabajo con el Ministerio de Cultura del Perú, en temas de formación para emprendedores/as culturales y creación de redes colaborativas a través del arte, su especialidad.

A través de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura, coordinó en 2014 y 2015 la Red Sonar, la primera red de intercambio creativo entre jóvenes emprendedores culturales de Perú, Colombia y Uruguay. “El proyecto está enfocado sobre todo al fortalecimiento de la integración del sector música en la región. La Red Sonar conecta a profesionales de la gestión musical, fortaleciendo así el ecosistema cultural latinoamericano, el mercado de industrias culturales de la región, y el intercambio creativo y artístico entre la juventud emprendedora en Latinoamérica”, explica.

En su resumen también constan trabajos para la Municipalidad Metropolitana de Lima (la coordinación del programa Fiesta en la Calle 2014); la Universidad de San Carlos de Guatemala (como docente de módulo sobre emprendimientos creativos de base colaborativa) y el Instituto de Relaciones e Investigaciones Internacionales para la Paz de Guatemala (la coordinación del proyecto de cooperación “Comunicación Social Intercultural a través de la Creación Audiovisual”), entre otros.

Son muchos los proyectos, y muchos los puntos en común. Entre ellos, la intención de crear emprendimientos creativos socialmente responsables, potenciar el acercamiento de diferentes culturas, favorecer los cauces para un diálogo intercultural y una cultura de paz desde la creatividad y la juventud.

 

La ventanera

Ventana a la Diversidad, la iniciativa que reúne más firmemente esos ideales, es un proyecto personal que Itziar desarrolla desde hace siete años con dos grandes amigos – Guillermo “Willy” Maceiras, el coordinador creativo, y Daniel Martínez, el comunicador responsable de redes y conectividad.

“Nos ocupamos sobretodo con el tema de la comunicación audiovisual de base colaborativa y con una mirada intercultural, conectando a jóvenes y saberes de distintas culturas en el mundo”, explica. “Así es como hemos logrado formar una comunidad de ventaneros y ventaneras. (Como ves) no me suelo aburrir (risas)”.

La organización nació en el País Vasco, pero los ventaneros y ventaneras están en varias partes del mundo, haciendo creación transmedia en un intercambio de imaginarios y sensibilidades. En esta plataforma global de arte colaborativa – que apuesta en el poder de la creatividad como fuente de progreso y marco de entendimiento entre los pueblos-  todo el proceso creativo surge del contacto entre diferentes perfiles de personas y culturas.

 

En cadena

En Ventana la idea es que la creación sea realmente un viaje compartido a través de la creatividad intercultural y colaborativa. Si uno traza una línea sobre un lienzo, el otro traza la siguiente; si uno compone una canción, el otro es quien le pone una imagen… Pensando así, jóvenes vascos, yucatecos (México) y guaraníes mbya (Brasil) hicieron una cadena de video-cartas cuando crearon la obra multimedia  “Same same, but biodiverse” (Es la misma, pero biodiversa) para el proyecto “Ventana a la Biodiversidad”, uno de los seleccionados en la Convocatoria IberCultura Viva de Intercambio, edición 2015.

Para que todos los grupos pudiesen hablar de las problemáticas medioambientales de sus localidades, cada uno elegía una cuestión de su contexto, el otro le contestaba con un video y proponía una nueva problemática, comenzando una nueva cadena, con otra cuestión, otra respuesta… Y así, desde un punto de vista crítico y creativo, pudieron hablar de agroquímica, deforestación, contaminación, explotación insostenible de recursos naturales, etc.

“Ventana tiene la característica de ser agregador de potencias. Adonde pasan intentan construir redes de trabajo”, comenta el cineasta brasileño Ж (Kaká), de la organización .txt, con quienes Ventana ha compartido esta triple obra multimedia y también un proyecto de formación en Brasil llamado “Fazer o Mundo Fazendo Video” (“Hacer el mundo haciendo video”).

El encuentro

Este año, también con el apoyo de IberCultura Viva, se realizará en el País Vasco el Primer Encuentro Internacional Comunidad VEDI (la abreviación viene de Ventana a la Diversidad). Con duración de 10 días, previstos para septiembre, en la costa del Golfo de Vizcaya, este espacio de creatividad colaborativa entre juventudes de diversas culturas estará basado en dos premisas: co-aprender y co-crear.

Con este encuentro –uno de los seleccionados en la Convocatoria IberCultura Viva de Apoyo a Redes 2016– se espera que los/las jóvenes participantes reflexionen y mejoren sus conocimientos para convertirse en agentes que promuevan iniciativas socioculturales en sus comunidades. Que busquen prácticas que den respuesta a las problemáticas medioambientales locales. Que defiendan no solamente el medio ambiente,  sino también la igualdad de género, la diversidad, la interculturalidad, la integración.

Conectando culturas, armando redes, mirando hacia los lados, Itzi y los ventaneros saben que pueden llegar lejos.

 

 

(*Texto publicado el 30 de marzo de 2017)

 

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